Una exposición antológica como la que presenta Waltraud Maczassek a partir de la evolución de su obra en los últimos años tiene que permitir una lectura y una interpretación de su trayectoria creativa dentro del contexto del arte contemporáneo actual.
W. Maczassek se ha consolidado como artista contemporánea desde el doble vertiente de la fuerza expresiva y de la dicción plástica. A la vez, ha optado por una estética propia y personalizada dentro del panorama de las ideas estéticas y su concreción en este final de milenio.

El primer impacto de los cuadros de W. Maczassek se produce desde el seguimiento de la trayectoria que ha emprendido. La voluntad de superación del que ha aprendido y ha conocido la ha traído a la práctica de un profundo esfuerzo de investigación sobre los lenguajes y los contenidos artísticos. Investigación en su interior, e investigación, también, desde la percepción del universo, de su universo y de los caminos que traen. La vocación creativa de W. Maczassek se ha concretado en los últimos años, pero la decisión de surcar este camino venía de lejos, tanto en cuanto a los conocimientos teóricos como la interrogación artística. La suya ha sido una carrera en solitario y desde el interior, afrontado con decisión y coraje la vía del arte contemporáneo desde una particular y personal percepción de la realidad y de su figuración.

Se a partir de la reflexión y el trabajo sobre estas percepciones que Waltraud Maczassek construye su universo creativo. Simultáneamente inicia un proceso reflexivo alrededor de la pintura y de la creatividad artística que no sólo acontece un complemento al proceso de trabajo material, sino que se convierte en un elemento de retroalimentación. La reflexión teórica y la práctica artística confluyen en los últimos cinco o seis años del trabajo de W. Maczassek, enriqueciéndose y fortaleciéndose mutuamente. Este es un aspecto que define la construcción de la personalidad intelectual creativa de la artista, construcción en la que ella, con disciplina y convicción, ha invertido la conciencia de su esfuerzo.

Los resultados visibles en las obras que configuran la presente antológica, muestran una obra consolidada que posee una gran fuerza comunicativa tanto por el que dice y muestra abiertamente como por el que sugiere.

La simplicidad, el control visual y la aparente esquemática de las formas y de la escalera cromática con que han sido trabajadas subrayan la capacidad de comunicación de cada cuadro y de cada elemento. El uso de un lenguaje artístico pluriforme, donde proliferan las técnicas mixtas aplicadas de manera detallista y selectiva, potencia al máximo la expresividad de la obra hasta llegar a la más estricta materialidad creando la estructura del cuadro. La calidez de las tonalidades de la forma no se acontece únicamente por el uso de la gama cromática, sino, sobre todo, por la voluntad de intensificar el impacto de todos y cada uno de los elementos que la configuran. Se vale de la depuración traída al más radical extremo como camino único verso el descubrimiento.

Es en la contemplación de la obra cuando aprovecha la carga conceptual que se transmite. El concepto prevalece tanto sobre la forma como sobre la técnica. Si los nombres de Georgia O’Keefe, Albert Ràfols Casamada o Wassily Kandinsky se encuentran dentro de los referentes de Waltraud Maczassek, también es cierto que la influencia de las corrientes de abstracción lírica que sus cuadros denotan se enriquece por el poso de su propia investigación creativa. Esta singularización proyecta la obra de la artista más allá de lo que podría constituir una nueva versión del minimalismo. La suya ha sido una opción por la contemporaneidad más estricta, desde la voluntad de asumir todos los riesgos que comporta la investigación en solitario.

La artista se plantea el arte y la creatividad como forma de expresión inseparable de la trayectoria vital e intelectual, en diálogo con la naturaleza y el entorno, pero también en diálogo con sus propios interrogantes. Ha optado para construir una obra que se caracteriza por la presencia de la dualidad: nacimiento/muerte, razón/impulso, ciencia/intuición, investigación terrenal/reflexión sobre el universo, evolución de la naturaleza/ del tiempo, conocimiento del exterior/introspección de la artista. Todas las presencias son pura tensión equilibrada, el esfuerzo de la inteligencia al servicio de la más estricta confección formal.
Una de las concreciones plásticas más impresionantes es la de la serie dedicada a la cartografía, es decir, al que se ha definido como el arte de trazar la representación del espacio. Una vez fijada la descripción física, Waltraud invoca la imagen del tiempo y de la naturaleza, que se imponen al acto creativo primigenio de la cartografía, el intento de ordenar y de nominar el espacio desde la mente. Los resultados son un conjunto de obras que plantean, en último término, los interrogantes de la ubicación de los seres en el entorno más inmediato o más alejado, y la voluntad de convertirlo en estrictamente propio y asumido. La lectura de la serie cartográfica inicia una perspectiva casi metafísica en la evolución plástica de W. Maczassek, hoy abierta y en estado de investigación evolutiva.
Este es el estadio actual en que Waltraud Maczassek nos muestra su obra. En términos poéticos, que le son plenamente aplicables, no sería una representación de la lírica de la experiencia, sino del conocimiento.

Vinyet Planella
Escritora - Catalogo Expo. Terramar (2000)